miércoles, 1 de abril de 2015

Mi parecer de MARZO 2015.

Marzo 2015 será recordado como un mes trágico por el atentado terrorista yihadista del  domingo 18 de marzo en el museo El Bardo de la capital tunecina, con 22 víctimas mortales, 21 de ellas turistas extranjeros de viaje en crucero por el Mediterráneo, así como, por la tragedia aérea en los Alpes franceses del avión Airbus 320 de la compañía alemana Germanwings, cuyo copiloto Andreas Lubitz el miércoles 25, supuestamente se suicidó y arrastró consigo a los otros 149 ocupantes del avión.
 
Detrás de la matanza de Túnez, está el avance yihadistas o Estado Islámico que parece que no tiene límite, a pesar de la alianza internacional para contener su expansión. Son continuas las imágenes de mártires cristianos vistiendo mono color naranja, similar al de los presos de Guantánamo, que son obligados a arrodillarse, previsiblemente drogados para ser sumisos y no oponer resistencia ni gritar, antes de ser decapitados. ¿Hasta cuando vamos a seguir viendo imágenes tan dantescas de prisioneros ejecutados como borregos degollados de un tajo en el cuello?
Al final, resulta que el ex­-presidente Rodríguez Zapatero tuvo una buena idea en su nefasto mandato, La Alianza de Civilizaciones. Tantas veces criticada, por unos y otros, y muy poco respaldada, salvo por Erdogan. No hubo ningún otro líder importante que apoyara el proyecto ideado por Zapatero y sacado a la luz en la Asamblea General de la ONU de septiembre de 2004. El proyecto quedó como algo fantasioso, inútil y sin apenas contenido. Sin embargo, podría haber servido para defender la alianza entre occidente y el mundo árabe y musulmán, con el fin de combatir el terrorismo internacional, pero lamentablemente como otros muchos organismos dependientes de Naciones Unidas se quedó pronto sin los suficientes apoyos políticos y por tanto, sin el cometido deseado.
 
El supuesto descerebrado de Lubitz, no ocasionó aparentemente ningún tipo de alarma en Lufthansa, a pesar de tener indicios de sus problemas médicos. Las pesquisas apuntan a que éste ha podido ser el principal motivo que llevó al copiloto a estrellar voluntariamente el avión en los Alpes franceses. No se entiende como un hombre puede suicidarse arrastrando consigo a otras 149 personas. Si la investigación termina por confirmar los hechos, estamos ante un personaje trágico que no solo ha matado a 149 personas, sino que ha arruinado la vida a los familiares de todas las víctimas.
La solución contra los pilotos kamikaze no requiere de grandes inversiones en tecnología punta para incorporar nuevos dispositivos técnicos adicionales, ni supone la mejora de la naturaleza humana, solamente se tiene que aplicar de forma escrupulosa el protocolo de seguridad que se utiliza para mandatarios internacionales y  personajes ilustres. Que en la cabina de pilotos permanezcan constantemente dos personas,  parece una solución fácil y lógica.
 

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