Asqueado
de la política, corrupción, paro, desigualdad, violencia, egoísmo, cobardía,
hipocresía, falsedad, odio y resentimiento, de este mundo controlado y dirigido
por tanta mediocridad, donde se deberían de apreciar mucho más los valores de
las personas y sobre todo trabajar para mejorar su calidad de vida.
La vida
es efímera y la mayoría la pasamos sin pena ni gloria. Lo importante de la vida
es pasar por ella de forma tranquila y sosegada pero disfrutando a tope de ella
en cada instante de nuestras vidas. Es triste que solo una mínima parte de los
humanos disfruten plenamente de ella, cuando el resto malviven y sufren todo
tipo de penurias cada día. A pesar de vivir en plena era tecnológica, guerras, violencia,
abusos, esclavitud, pestes, hambrunas, escasez, malnutrición y enfermedades asolan al tercer mundo. Las
desigualdades persisten como en la lejana Edad Media. Los ricos cada vez tienen
más y la pobreza se extiende por todos los continentes.
La vida
es algo maravilloso y frágil que algunos no dejan saborear. Es el más preciado
bien que tenemos en este mundo. La vida implica la capacidad de nacer, crecer,
reproducirse y morir. La vida es como una vela de cera que encendemos un día y
se va consumiendo poco a poco y ante un fuerte batir del viento se puede apagar
en cualquier momento. Es en definitiva, una carrera de fondo donde se empieza
fresco y después de salvar infinidad de obstáculos se termina exhausto y
agotado del duro tránsito de la vida.
Va
siendo hora que todos los organismos internacionales, controlados por los
ricos, ayuden verdaderamente a mejorar el nivel de vida a los más pobres. Por
favor, colaboren en ayudar a los pobres en sus países de origen, evitando de
esta forma las corrientes migratorias que tantos muertos está ocasionando en el
mundo. Valoremos la vida y ayudemos a vivirla mejor y más feliz.

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