jueves, 1 de enero de 2015

Mi parecer de DICIEMBRE 2014.


En su primer mensaje de Navidad el nuevo Rey Felipe VI, indicó que debemos cortar de raíz y sin contemplaciones la corrupción, pero evitando nombrar a su hermana la Infanta Cristina y a su cuñado Iñaki Urdangarín. Sin lugar a dudas, España tiene un enorme problema de credibilidad en todo el sistema político e institucional. Por ello, las palabras del Rey han sido muy bien recibidas por todos los sectores de la sociedad, pero a partir de ahora es necesario evitar que esas conductas echen raíces en nuestra patria y se puedan reproducir en el futuro.

Pocos temas como éste suscitan una opinión tan unánime de rechazo por parte de la sociedad. Todos los españoles deben estar plenamente seguros de que el dinero público se administra correctamente para los fines legalmente previstos, que no existe ningún trato de favor por ocupar una responsabilidad pública y que, desempeñar un cargo público no sea un medio para aprovecharse o enriquecerse.

El Ejecutivo debe establecer medidas urgentes para la regeneración democrática que permita a la justicia dar una respuesta firme, eficaz, contundente e independiente contra todos los casos abiertos por delitos de corrupción, que amenazan muy seriamente la convivencia de todos los españoles. El pueblo necesita percibir que se imparte justicia y que todo el peso de ley cae sobre aquellos casos que tienen como objetivo la apropiación de lo ajeno para llenarse sus bolsillos, sin percatarse del daño irreparable que están haciendo a todas las instituciones. La experiencia nos dice que en algunos casos anteriores la justicia no siempre actúo así. Por ello, confiamos que en todos los casos pendientes  (Escándalo de los Ere, Caso Nóos, Caso Pujol, Tarjetas Opacas, Pequeño Nicolás, etc.), se imparta justicia firme y contundente contra los imputados. Por lo visto, los jueces tienen la firme determinación de demostrar que todos somos iguales ante la ley, imputando al cuñado del Monarca, Iñaki Urdangarín por malversación, fraude, prevaricación falsedad y blanqueo de capitales y a su hermana, la Infante Cristina por blanqueo y delitos fiscales.

Por otra parte, la regeneración ha comenzado en instituciones y partidos políticos, tan necesaria para dar una imagen limpia y fresca de cualquier sospecha de corrupción. Después de la abdicación del Rey Juan Carlos, las renuncias de Rubalcaba y Cayo Lara, la irrupción de Podemos y en menor medida de Ciudadanos, solo queda una buena “purga” en el PP para contemplar un panorama político más saludable.

Mis mejores deseos para el nuevo año y sobre todo y por encima de todo SALUD.

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