miércoles, 1 de julio de 2015

Mi parecer de JUNIO 2015.


La tragedia griega que vivimos actualmente, no es una obra de teatro escrita por Sófocles, Eurípides o Esquilo. Es una auténtica tragedia del pueblo griego por culpa de las políticas irresponsables y de espaldas a la realidad puestas en marcha por los distintos gobiernos helenos de los últimos tiempos. Grecia tiene un sector público insostenible con exceso de funcionarios con sueldos muy elevados, sobre todo en empresas públicas. Durante años el salario mínimo era un 50% superior al de España y existía la posibilidad de jubilarse con 61 años con el 96%.
 

Los irresponsables políticos griegos ocultaron durante años la realidad de sus cuentas a los organismos internacionales. El déficit público paso de 4.000 a 30.000 MM de euros. En lugar de implantar profundas reformas para contener el gasto, siguieron endeudándose más para mantener el derroche. Enchufaron a gente de todo tipo en el sector público a cambio de recolectar votos para los partidos gobernantes.


La situación es muy preocupante, dado que, ante la negativa europea a otorgar a Grecia un tercer rescate, se ha producido el impago técnico del compromiso adquirido con FMI por 1.550MM de euros para final de junio. Grecia se ha convertido en el mayor deudor del FMI en default. El país está al borde del caos más absoluto, con los bancos sin liquidez y cerrados, lo mismo que la bolsa. También existen problemas de distribución de combustible. Como siempre, los más perjudicados son los sectores desfavorecidos, sobre todo los pensionistas que reciben pagos a cuenta de sus pensiones semanalmente.


Después vendrá el referéndum del próximo domingo donde los griegos están llamados a las urnas para que expresen su opinión sobre la propuesta consultiva. De cualquier forma, con independencia al resultado, por el bien de Grecia es necesario que de una vez por todas se tomen medidas serias y duraderas para conseguir una estabilidad financiera tan necesaria para su futuro. Volver al dracma es un paso atrás que jamás podrán recuperar en el tiempo.


En definitiva, se espera un verano tremendamente caliente, no solo por la temperatura ambiental, si no por las turbulencias derivadas de la crisis griega. La inestabilidad de la zona euro, está afectando a las bolsas, a la prima de riesgo y las hipotecas. Cuanta mayor incertidumbre, mayor descontrol.

  

 

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